Wecheauka La Leyenda

A continuación se narra la historía de Turpu, un indigena de sangre mapuche que puso su vida al servicio de los demás, quién se rebeló contra lo establecido, haciendo prebalecer la escencia de la justicia en el hombre por sobre la soberbia de los autodenominados divinos.
 


TURPU EL GUERRERO
En la comunidad mapuche llamada Huentrumauida, vivía un joven llamado Turpu, al que desde pequeño su madre le supo inculcar valores que hacían que Turpu se destacará en su actuar. A medida que fue creciendo, este joven sobresalía por su gran capacidad de expresarse con todos los integrantes de su clan, ya sean Lonkos o Aldeanos. 

Sus mejores amigos, lo estimaban por ser una persona justa, confiable y leal, Turpu disfrutaba de cada desafío que la vida le ponía enfrente. Cuando creció y se hizo hombre, comenzó a tener dificultades para relacionarse con las autoridades de la comunidad, pues éstas siempre intentaban mantener una distancia con los aldeanos, debido a que “no eran dignos de hablar con ellos”. Es así como Turpu se ve enfrentado a la injusticia y malos tratos provenientes de las personas que supuestamente “cuidaban” y “protegían” a la comunidad, es por esto que comienza una lucha interna por comprender a qué se debía este trato desigual.

 

Desde este momento, y debido a las disputas que constantemente tenía con el Lonko, la Machi y muchas veces con el Toki, a cerca del porqué las relaciones entre los aldeanos y ellos debían ser tan hostiles si todos éramos iguales, es que se marcó a Turpu como “rebelde”, pues era el único aldeano que se cuestionaba la forma de actuar de las personas importantes de Huentrumauida.

 

La convivencia ya no era la misma, Turpu cada vez notaba más las injusticias de su pueblo y quería hacer algo por resolverlo, dudaba que los Dioses quisieran causar malestar en la gente. Por lo que un día decidió ir a hablar con el Lonko sobre esta situación con el fin de comprender lo que estaba pasando. Cuando se acercó a la ruka en donde estaba, se dio cuenta que el Lonko y la Machi de su pueblo, estaban poniéndose en contacto con las deidades, se encontraban en trance y Turpu no podía interrumpirlos, por lo tanto decidió quedarse ahí y observar. Destellos de luz salían de la ruka, se escuchaban los gritos del Lonko y la Machi intentando comunicarse con los dioses. Una ráfaga de viento hizo que el fuego creciera e iluminara más ese mágico momento que Turpu estaba presenciando. Las fuerzas de la naturaleza acompañaban esta ceremonia, turpu se sentía uno con ellas, era maravilloso lo que estaba viviendo. Cuando el ritual finalizó, una agradable aura rodeaba el lugar, todo parecía más bello.

 


Sin embargo, algo molestaba a Turpu, una dañina vibra, flotaba en el lugar, tenía un mal presentimiento. Cuando observó a la Machi y al Lonko, vio como eran carcomidos por la codicia, la soberbia, el egoísmo y la ambición que se debía a las ansias de poder que estaba dominando el corazón de estas personas. Turpu supo que eso estaba contaminando a su pueblo, no podía dejar que siguiera pasando... en el pueblo todos éramos iguales, no podía ser que algunas personas quisieran dominar a toda la comunidad, y los aldeanos, parecían ciegos a estos malos tratos que a largo y corto plazo, podían intoxicar la verdadera raíz de las relaciones humanas, el respeto.

 

Esto motivó a Turpu a salir de su comunidad en busca de una solución efectiva pues consideraba que dentro de ésta todos debíamos ser iguales y no quería que su gente sufriera de estos abusos.

 

Al contarle esto a su madre (que abandonaría el  pueblo con este fin), se corrió la voz rápidamente de que Turpu se iría y nadie quería que eso sucediera, era un joven muy querido en su comunidad por la fortaleza que transmitía.

 

Sin embargo ninguna de las voces que le pedían que no se fuera, fue lo suficientemente convincente para Turpu e igual abandonó Huentrumauida.

 

El tiempo fue pasando y cada día se hablaba de Turpu recordándosele como el único que se opuso al régimen autoritario del Lonko y de las autoridades que creían ser superiores a los demás. Era un joven valiente, inteligente, valeroso, leal y alegre, vehemente, digno de confianza y por sobre todo, poseía una gran alma de niño.

 

Durante años no se supo de Turpu en Huentrumauida, hasta que un día, noticias llegaron de un joven, que con mucho trabajo, reunió a varias personas que pensaban similar a él para consolidar un grupo que enseñara a los niños a enfrentarse al mundo adulto, en donde cada vez era más difícil convivir, él pensaba que los nobles y vulnerables corazones de los niños debían estar rodeados de buenas intenciones.

 

Su madre, inmediatamente supo que se trataba de Turpu y sintió un profundo orgullo, el logro de su hijo era el logro del pueblo. Asombrada quedo la gente del pueblo al ver que “Turpu” hecho todo un hombre estaba consiguiendo su objetivo, pues él consideraba que los niños eran el futuro de cualquier comunidad, ya que son ellos los que portan la magia de este bello mundo en el que nacimos, y que se va perdiendo por las malas acciones de personas que contaminan la convivencia y faltan el respeto a la naturaleza.

 


Los esfuerzos por encontrar a Turpu fueron inútiles, pues cada vez que éste consolidaba un grupo partía a otro lugar en busca de otras comunidades que necesitaran orientación para poder ser mejor. Con el tiempo, estos pequeños grupos tomaron el rumbo escultista, y en ellos se podía ver que en cada Golondrina había un Turpu Soñador, en cada Lobato había un Turpu Intrépido, en cada Guía había un Turpu Optimista, en cada Scout había un Turpu Hábil, en cada Pionero había un Turpu perseverante y en cada Caminante había un Turpu Juicioso.

 

El Lonko y la Machi, poco a poco fueron comprendiendo que la ambición por el poder no enriquecía el alma, dañaba a las personas y contaminaba de manera tal la naturaleza, que ésta se veía entristecida con sus acciones. Cada uno se sentaba en la colina y pensaba en la gran cantidad de personas que intoxicaban sus pensamientos con la codicia, la envidia, las ansias de dominar y meditaban la maravillosa lección que Turpu les había enseñado, este joven, que obedeciendo su corazón había logrado cambiar la maldad que inundaba a Huentrumauida.

 

Turpu, el que siguió sus ideales, el que no se dejó controlar por los malos sentimientos, el que se rebeló contra las malas acciones de las personas, el que hizo arder su fuego interior más fuerte que el de ayer, el que fue capaz de crear una comunidad de personas que trabajan para el bien común, el que está en algún lugar de nuestro país ayudando a otros, el que desde el mar hasta los Andes será conocido como el joven rebelde que logró grandes cambios y fué llamado… 


…Weche Auka

 


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